martes, 9 de abril de 2013

Vehículos nuevos en Colombia: ¿La chatarra del primer mundo?

Soy de los que piensa que ni siquiera los términos "Primer mundo" y "Tercer mundo" deberían existir, pero me he dado cuenta que hay diferencias tan grandes que en realidad el cambio de uno al otro en realidad sí parece de otro planeta. Comprendí que más allá de las desigualdades sociales que aquejan a Latinoamérica hay todo una diferenciación cultural que podría resumir en ¡Qué pobre es nuestra mentalidad!


Como todo componente cultural, repercute en nuestras costumbres y preferencias, en nuestro mercado y nuestra economía y es justo aquí donde entra, por ejemplo, los vehículos que conducimos. Empecemos por el principio: ¡Somos pobres!. Así es, esa es la mentalidad que rodea la mayoría de los colombianos y uno va a ver ¡Y sí!: El poder adquisitivo es bajo, los salarios son bajos, se roban los impuestos y nunca nadie progresa.

Irónicamente, al tiempo, nadamos en dos mares, tenemos minas de oro, carbón, fauna, flora, crecen todos los árboles que queramos ¡Y la gente muriéndose de hambre! -Es cierto- parte de ello es por la corrupción que rodea nuestros gobiernos.

Como somos pobres, tener vehículo es un símbolo de poder adquisitivo y estatus social... Curiosamente es algo que el "Primer mundo" ya superó hace varias décadas pero que acá todavía insistimos como un lujo a juzgar por las bondades del transporte público del país (Y sobre todo el de Bogotá).

Es por eso que lo importante es tener carro... ¿Cuál? ¡Qué importa! Y nos acostumbramos a comprar el más barato... Y no el más barato porque sea el mejor sino porque, voy a decirlo cruda y despectivamente, nos acostumbramos a comprar por nuevos la chatarra que no venden en otros países.

Veamos: En Europa, usted no consigue un carro que no tenga unos elementos mínimos de seguridad, diga usted ABS, doble airbag y control de estabilidad. Así mismo, debe tener un certificado de emisiones que a la  larga indica si el vehículo puede o no circular: Euro I, II, III y IV. ¿Por qué existe eso? Por dos razones, primero, para proteger la vida de los conductores y pasajeros y dos, para proteger al tiempo el medio ambiente con vehículos más cuidadosos del medio ambiente.

¿Qué nos venden acá? Los elementos de seguridad, son todo un lujo para carreteras que a duras penas se puede superar los 60Km/h así que podemos estar contentos con el cinturón de seguridad y certificación de emisiones ¡¿Qué es eso?!. Acá nos venden todo lo que precisamente en Europa y en Estados Unidos simplemente no sirve.

Es por eso que tengo una especie de odio irracional contra las marcas de vehículos de mayor presencia a nivel nacional: Chevrolet y Renault. Por su popularidad, son consideradas punta de lanza del mercado pero en realidad son todo un tropiezo para la industria. Tome por ejemplo, el Twingo, el de nueva generación que nos venden acá por última novedad ¡Lleva años circulando en Europa! con el añadido que el motor que ensambla es el mismo que lleva el Twingo anterior aquí con -Al menos- 10 años de tecnología atrasada ¡Toda una aberración que cobren casi 10 millones de pesos más por el mismo tren motriz!. Vea usted... Chevrolet, nos vende el Sail y el Cobalt como grandes hits de la marca y sus motorizaciones heredan de por allá el Corsa Evolution y el Aveo. ¡Por supuesto son mejores que las generaciones anteriores! Pero ¿Ustedes creen que venderían eso en Europa o Estados Unidos? ¡Ni de fundas!

Esas mismas ensambladoras nacionales, son las que se oponen a tratados de libre comercio y las que catapultan los impuestos a vehículos importados, pues saben que, no es ni siquiera por volumen sino por calidad de producto que no pueden competir contra los que sí se tomaron en serio ofrecer vehículos a la altura del siglo XXI y me refiero particularmente a los coreanos Kia-Hyundai y los japoneses de Mazda que con tecnología e innovación crecen a pagos agigantados.

Después de mucho meditarlo, quizá la culpa no sea tanto de esas marcas nacionales sino de las mismas personas y tomé como ejemplo la televisión: "Si a la gente le gusta ver basura ¡Basura le dan!". Nosotros aquí nos acostumbramos pues, a no exigir más de los fabricantes de los vehículos y de sus prestaciones.

Para mucha gente, un carro sigue siendo en concepto el mismo carro, cuatro llantas, cinco sillas, un motor y un recipiente donde almacenar combustible, cuando en realidad los carros se han ido beneficiando de los avances de la física y la computación para construir piezas de ingeniería de vanguardia extraordinariamente complejas y eficientes.

Prueba de esto, está la tecnología SkyActive de Mazda, PowerShift de Ford, los desarrollos de los motores Hyundai-Kia (Kappa. Gamma y Theta), ni hablar de la ingeniería alemana en el grupo Volkswagen y ¿Renault y Chevrolet? ¡Bien muchas gracias!.

El gobierno ha tratado infructuosamente reglamentar qué se comercializa en el país a sabiendas que la industria automotriz necesita un empujón tras los inconvenientes con Venezuela (Principal cliente del país antes del gobierno Chávez) y Ecuador y a sabiendas que los números de mortalidad en carreteras del país están por lo alto. Pero de momento, lo único que ha logrado es, a través de la reforma tributaria, aumentar los impuestos de los vehículos haciéndolos más inasequibles a las familias colombianas y por supuesto, olvidando que en esta industria, como la en la vida, "Lo barato sale caro".

Recuadro
He de decir que la mentalidad del colombiano jóven, de todas formas, ha venido cambiando; Y precisamente como comprador se ha hecho más exigente... Esto gracias principalmente a iniciativas de marcas como Ford y Mazda que con sus vehículos de comercialización global (Es decir, el mismo que se vende en Estados Unidos se consigue aquí) crearon serios problemas a sus competidores en calidad y precio.

Es más, ni siquiera a manera de precio porque siguen siendo vehículos más costosos... Pero de a poco, ha venido creciendo la conciencia sobre la importancia de contar con buenos equipamientos de seguridad y de entretenimiento como un verdadero valor agregado a un producto que en esencia sigue siendo el mismo.

Por el bien del consumidor, espero que las marcas nacionales realmente compitan por su segmento de mercado no solamente en precio, principal factor para abaratar sus vehículos con acabados desafortunados y tecnologías obsoletas, sino en calidad, tecnología y servicio al cliente... Pues a futuro, no solamente la misma industria se los agradecerá, sino también el mundo, al aportar su granito de arena con la inclusión de tecnologías más amables con el medio ambiente.

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Imagen cortesía de:
KMPH
http://www.kmph.es/un-ferrari-convertido-en-chatarra/

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